*En el Panteón Barroco Poblano, con detalles de arte por todos lados, la primera persona enterrada fue una niña de nombre María Mercedes Huerta, quien murió en un incendio el 5 de mayo de 1880, la cual –dicen- se aparece de entre las tumbas
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- “Yo ya sé que por aquí se mete el sol, ya no debo estar aquí porque se aparece la niña María y le gusta hacernos travesuras, una vez se me perdió mi pala y nunca la encontré”, cuenta don Beto, quien lleva 30 años hermoseando tumbas en el Panteón Municipal.
En el camposanto, inaugurado en 1880 por el entonces gobernador Juan Crisóstomo Bonilla, la primera persona sepultada fue una niña de nombre María Mercedes Huerta, quien murió en un incendio el 5 de mayo de 1880 y que ahora se aparece en una visión de ultra tumba.
Su tumba es la única de las más de 30 mil que se encuentra en la calzada central. De hecho, fue el único cuerpo inhumado en el sitio por casi un año, ya que fue hasta abril de 1881 que enterraron a una señora de 45 años de edad que se llamaba Josefa López.
“Cuando mi papá me traía de chamaco a trabajar me contaba la historia de la niña y yo no le creía hasta que un día me tocó ver su sombra andando por las tumbas y desde ahí le tengo mucho respeto”, añade en su relato don Beto mientras toma con fuerza una de las escobas con las que trabaja.
Aquí yacen los Hermanos Serdán, exgobernadores y los otrora alcaldes, combatientes de la Batalla del 5 de Mayo, familias importantes de la sociedad poblana, pero ninguna tan representativa como la pequeña María Merced, quien es conocida por los trabajadores del lugar como La Niña del Panteón Municipal.
Pero este tipo de historias no es lo único que impacta cuando estás en el Panteón, pues desde que entras te maravillan los pilares en la fachada, catalogada como monumento histórico por parte del INAH.
El Panteón Barroco Poblano tiene detalles de arte por todos lados, en las paredes, en las columnas, pero sobre todo en las tumbas y los mausoleos, todo estos son elementos mágicos. Entre la simbología religiosa, la arquitectura antigua, las personalidades históricas que se esconden debajo y el paisaje natural, pasear por ellos puede ser toda una experiencia.
Otros de los personajes llamativos que descansan aquí son Altagracia Calderón, mejor conocida como La Charra, quien participó en la batalla de los Fuertes de Loreto. Otra tumba que hace alusión a un participante de la batalla de Puebla es la de Agustín Azpiroz.
Pero en el recinto también hay artistas como Samuel Margarito Lozano Blancas, que era conocido como el ‘padre del corrido mexicano’, según la placa que acompaña su tumba y que murió el 21 de mayo de 1977.
Además, existe una sepultura en la que se asegura que según los trabajadores del lugar, se encuentra un agente secreto. Hace varios años lo descubrieron al hacer un nuevo censo. En su lápida se lee: “A la memoria de la truncada juventud del Señor Austreberto Flores, agente del Servicio Secreto de esta ciudad, quien perdió la vida en el cumplimiento de su deber el día 17 de octubre de 1942.